Los ‘hombres de negro’ llegan a Madrid para vigilar a los bancos y fiscalizar al Gobierno en funciones
El pasado jueves, el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, anunció que España cerró 2015 con un déficit público del 5%, por encima del 4,2% pactado con Bruselas. La magnitud del desvío no ha gustado en Bruselas y durante esta semana y la que viene, una misión de la troika visitará España con el objetivo de vigilar los desequilibrios presupuestarios y el sistema bancario.
Así, los ‘hombres de negro’ de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) visitarán Madrid para fiscalizar los Presupuestos Generales del Estado y ver de dónde proviene el aumento del déficit público. Además, los técnicos auditarán los balances de los bancos con el objetivo de determinar la solvencia de las entidades y su nivel de capitalización.
Fuentes gubernamentales han confirmado a OKDIARIO esta visita de la misión de la troika, pero señalan que se trata de un proceso rutinario que nada tiene que ver con la revisión al alza del déficit público admitida recientemente por el Gobierno. Rutinaria o no, Bruselas ha reclamado a España ajustes adicionales y el ministro de Economía en funciones, Luis De Guindos, prepara una revisión presupuestaria por los incumplimientos de los compromisos adoptados.
En ese sentido, Cristóbal Montoro ha responsabilizado en varias ocasiones a las comunidades autónomas por el incumplimiento del déficit ante Bruselas. Sólo Canarias, Galicia y País Vasco cumplieron el objetivo de déficit marcado del 0,7% y en esa línea el ministro envió una carta en la que solicita a las CCAA la aprobación de un acuerdo de no disponibilidad de créditos «que garantice el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria establecido».
El déficit y las pensiones, en el punto de mira
Otra de las cuestiones que debe solucionar España y que preocupa a los ‘hombres de negro’ es la reforma de la financiación de la Seguridad Social. El actual sistema de pensiones cada vez supone un mayor desembolso y, de hecho, en el mes de marzo España batió su récord de gasto en pensiones, con 8.427 millones de euros. La situación sólo puede empeorar y el nuevo Gobierno deberá afrontar dicha reforma. Tampoco hay que olvidar la alta tasa de paro que registra nuestro país, que duplica la media europea.
Los supervisores de Bruselas también auditarán los balances de los bancos españoles y visitarán el Banco de España. Las autoridades europeas quieren que el sistema financiero de nuestro país esté formado por tres o cuatro entidades fuertes y no por los múltiples bancos que existen en la actualidad.
El problema es que para poder llegar a ese escenario debe abordarse un proceso de fusiones que no es posible hasta la formación de un nuevo Gobierno. El entorno de bajos tipos en el que estamos no permite tener ingresos importantes a las entidades, lo que unido al aumento de la burocracia y de la regulación hace que cualquier problema se agrave y capte la atención de Bruselas. Pese al retraso en esas fusiones, las entidades ya han dado el primer paso y se están llevando a cabo ajustes en el sector, con cierres de oficinas y ajustes de plantilla.
La visita de los hombres de negro coincide con la revisión de las previsiones macroeconómicas que está haciendo el ministro de Economía en funciones, Luis De Guindos. A lo largo del mes de abril deberá remitirlas a la Comisión Europea y acompañarlas de un ajuste presupuestario adicional, tal como han reclamado las autoridades comunitarias.
La importancia de reducir el déficit no es una cuestión baladí. Las agencias de calificación crediticia empiezan a tener dudas sobre la capacidad de España para hacer frente a su deuda pública una vez que el Banco Central Europeo retire su plan de asistencia financiera. Moody´s ha criticado en su último informe la desviación del déficit público español, apuntando que «el Gobierno es incapaz de hacer cumplir las leyes».
Reformas estructurales para mantener la confianza
La troika reclama a España que realice las reformas estructurales pendientes para poder rebajar la brecha entre ingresos y gastos, lo que reducirá la necesidad de financiación del sector público nacional. Ese es el mensaje que lanza tanto el propio BCE como la Comisión Europea, instituciones que ven con preocupación la deriva del déficit público español, especialmente tras el último incumplimiento comunicado por el Gobierno.
En su último boletín, el BCE reclama a los países más endeudados que acometan “esfuerzos de consolidación” para garantizar una bajada del porcentaje de deuda pública respecto al PIB durante los próximos años. En el caso de España esta tasa es del 100%, es decir, que la deuda de las administraciones y la Seguridad Social equivale a la totalidad del valor de todos los bienes y servicios que produce la economía nacional.
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